Toda historia tiene un comienzo, y el del colegio Torrefuerte está marcada por la fe, la confianza y el compromiso de las primeras familias que creyeron en este sueño educativo. Hablamos de las familias Pointis – Villasanti, López – Bobadilla y Toñanez – Delvalle, pioneras de este proyecto que nació con la firme convicción de formar personas íntegras y con valores cristianos.
Con gran emoción, la Sra. Marian Villasanti (mamá de Tomás, María del Pilar, Ignacio, Mariano y Gastón) recuerda cómo fueron los comienzos del colegio y lo que significó para su familia asumir este nuevo desafío: “Torrefuerte es un proyecto hecho realidad, del cual nunca pensamos que íbamos a ser parte. Cuando nos pidieron empujar y ayudar, dijimos que sí, porque fue una ilusión muy grande. Queríamos que nuestros hijos reciban la misma educación que nosotros habíamos recibido, y desde que empezamos a formar parte, el colegio superó todas nuestras expectativas, desde la calidad de los profesores, las familias y el acompañamiento que se brinda a cada alumno, que es algo esencial”, subraya.
Desde sus inicios, en el año 2015, el colegio se propuso construir una comunidad basada en valores, con una mirada integral hacia la educación y el crecimiento personal de cada alumno. Así lo recuerda el Sr. Mariano Pointis (papá de Tomás, María del Pilar, Ignacio, Mariano y Gastón): “Para nosotros, Torrefuerte fue un desafío muy grande, que empezó incluso antes del 2015, cuando nos contaron sobre este nuevo proyecto. Lo aceptamos, y con el paso de los años nos dimos cuenta de que valió totalmente la pena. Con la propuesta educativa que tiene el colegio, sumada al hermoso predio con el que cuenta, estamos convencidos de que se convertirá en uno de los mejores colegios del Paraguay”, reflexiona.
Las familias pioneras son parte esencial de la historia del colegio. Agradecen el acompañamiento constante de los docentes y la calidez de toda la comunidad educativa. En ese sentido, la Sra. María Liz Bobadilla (mamá de Fernando y Cecilia) resalta: “Soy mamá del colegio desde el inicio, cuando éramos solo tres familias. Lo que más valoro es cómo el plantel docente acompaña a los chicos y a las familias, de manera integral, no solo en lo académico, sino también en los valores, en la fe y en la formación del carácter. Nos llena de alegría verlos felices, fuertes y enfrentando cada desafío”, señala.
Por su parte, el Sr. Rubén López (papá de Fernando y Cecilia) comparte sus sensaciones: “El comienzo del colegio llegó justo cuando buscábamos una institución que combinara excelencia académica y formación en valores. Conocimos Torrefuerte gracias a las referencias de otros colegios de APEI, y hoy, diez años después, puedo decir que fue una decisión acertada de la cual no nos arrepentimos”, exclama.
El colegio es una gran familia que crece día a día. Tal como hace diez años, cada familia sigue demostrando su amor y confianza en la institución. En ese sentido, la Sra. Marlene Delvalle (mamá de Enzo, Paulo y Franco) destaca ese espíritu comunitario que los une: “Siento que todos los chicos tienen mucha seguridad, confianza y brillo en todo lo que hacen. Como familia también hemos crecido mucho, gracias al colegio, en un ambiente muy cómodo y seguro, donde nuestros hijos pueden desarrollarse plenamente” destaca.
A su vez el Sr. Héctor Toñanez (papá de Enzo, Paulo y Franco) también se expresa con orgullo: “El progreso de los chicos ha sido admirable, no solo en lo académico, sino también en lo deportivo y personal. Nos sentimos muy agradecidos con el colegio, que además ofrece un entorno natural privilegiado y espacios amplios para disfrutar”, afirma.
Con emoción y gratitud, rendimos este emotivo homenaje a las tres familias que apostaron desde el principio a este proyecto educativo. Su confianza y apoyo fueron el cimiento sobre el cual seguimos construyendo, día a día, una comunidad sólida y llena de valores.